La historia del Autocine

La pandemia del coronavirus nos ha obligado a buscar alternativas para poder entretenernos con nuestras aficiones favoritas. Los amantes del cine han encontrado en los Autocines la mejor opción de ocio para seguir disfrutando del séptimo arte. Esta costumbre vintage se ha vuelto a poner de moda y cada vez son más las ofertas de autocine portátil en todas las ciudades.

Los Autocines son superficies con una gran capacidad de aparcamiento en las que los visitantes pueden disfrutar de una película proyectada sobre una gran pantalla sin salir de su propio vehículo. Este sistema de autocine portátil lleva con nosotros casi un siglo. Ahora, con la amenaza del coronavirus, esta moda vintage se ha convertido en la mejor opción de ocio para distraerse de una forma cómoda y segura.

Los inicios de los Autocines

Hace ya más de un siglo, entre los años 1915 y 1921, se realizaron los primeros experimentos de Autocines que, aunque pudieron funcionar durante algún tiempo, terminaron por desaparecer por no contar con los medios apropiados para desarrollarse adecuadamente.
Algunos ejemplos de autocine portátil de la época son el “Theatre de Guadeloupe”, inaugurado en 1915 en Nuevo México y con capacidad para 40 vehículos, o el autocine de Comanche, en Texas, que operó durante el año 1921 para que sus espectadores disfrutasen de las películas mudas de la época.

El primer autocine de la historia

El primer autocine oficial de la historia se inauguró el 6 de junio de 1933 en la localidad estadounidense de Camden, en el Estado de Nueva Jersey. Su artífice fue el magnate Richard M. Hollingshead, que después de varios años haciendo pruebas de sonido e imagen con un automóvil en su propia vivienda consiguió desarrollar un sistema efectivo de autocine que se convertiría en la mejor opción de ocio de la época.
A la primera proyección acudieron cerca de 600 espectadores, que debían pagar 25 centavos por persona y 25 por vehículo. Estos precios permitían a muchas familias acudir con sus hijos al cine. La última fila estaba reservada para los jóvenes enamorados, y se conocía como la “Lovers Lane”.
El autocine de Camden tenía capacidad para 400 vehículos. Contaba con una pantalla de 120 metros cuadrados en la que se proyectó la comedia “Wives Beware”, la cinta que tiene el honor de ser la primera película de la historia del autocine.

El sonido en los primeros Autocines

El tamaño de los proyectores hacía que las películas pudiesen ser vistas desde cualquier punto del recinto. Para el sonido, los primeros autocines utilizaban grandes altavoces colocados en los laterales de las pantallas.
Más tarde se utilizaron pequeños altavoces que se colgaban de las ventanillas de los vehículos y se conectaban por cable a la fuente original. Con el paso del tiempo este sistema de audio se fue perfeccionando hasta que apareció uno más económico y que sufría menos averías.
Se trababa de la radiodifusión. Los vehículos podían sintonizar la frecuencia del cine como cualquier canal de radio AM o FM. Con ello podían disfrutar de un sonido en estéreo y ajustar el volumen a su gusto para disfrutar al máximo de las proyecciones.